El odio le daba ira cuando se acercaba el amor, porque cada
vez que lo veía le producía dolor, pero el amor no tiene odio ni tampoco dolor
sólo miraba al odio, con dulzura y con amor. Así mismo; poético y absurdo es el
conflicto entre estos dos sentimientos. Por ahí dicen que “del odio al amor no
hay sino un paso”, tocaría creer que lo que nos están dando a entender es que
si hay amor, también hay odio y si odias a alguien es porque tu corazón siente
amor. Además de absurdo y poético; súmale enredado, pero ¿cuáles son las
situaciones entre estos dos conceptos? Toma nota y comprende:
1. 1. Ese
“no sé qué” que sientes cuando aun sin conocerla ya te cae mal, por algún
comportamiento que haya realizado. El problema es que incluso así, te interesa
lo que haga o deje de hacer, sin embargo, si te preguntan acerca de él o ella,
siempre vas a hablar mal. Esto se debe a investigaciones psicológicas que han
hecho escritores basados en el lenguaje corporal y verbal del comportamiento de
una persona. Según Óscar Garrido en su libro ‘La Ciencia de la Seducción’ una
mujer puede desear a un hombre fuerte en su vida y, al mismo tiempo, puede querer
preservar su independencia, por lo que resultan generar un drama que le concede
atención y protagonismo y eso se vuelve un juego muy divertido, siendo
indiferentes y al mismo tiempo deseadas.
2. 2.Todo
iba bien hasta que tu pareja siente que tú no te preocupas por ella ya sea
porque no la llamas, por no ir con ella algún sitio o simplemente por el tema
del regalo; el ser detallista y todas esas “cursilerías”. Ahí, la cara del amor
cambia y se voltea mostrando una ira incontrolable que termina por la indiferencia,
el “no me hables” y si no te habla “pero
¿por qué no me habla?” y así alimentan el odio por unas horas o en casos
extremos, días.
3. 3. Tal
vez en algún momento de la relación tu pareja te ha dicho “entonces pa’ qué
estás conmigo”. Esto se debe a múltiples situaciones, una de ellas es cuando
empiezan a hablar de sus “ex” y por
alguna palabra mal dicha o mal interpretaba el monstruo del odio aparece y todo
termina en pelea. Pero ¡ojo! Tenga en cuenta este punto y háblelo con su
pareja, observe sus respuestas porque ¡quién quita! Podrías estar siendo parte
de una ‘distracción’.
4. 4. Los
famosos ‘celos’. En este punto es muy fácil que el odio pelee con el amor.
Tenga presente que muchas veces es una ilusión óptica de su pareja ya que los
celos en algunas ocasiones, resultan ser muy ignorantes. Sin embargo, si hay
motivo, haga lo que haga no cometa el error más grande que todos hacen:
prohibirle que deje de hablar con esa tercera persona pues aquí el tema de la
confianza es muy importante. Si usted es de los que hace esto, tarde que
temprano le resultará siendo infiel; ya que se dice que el lenguaje de la mente
se maneja por medio de imágines y ella no asimila la palabra “no”, sólo la
acción (“no hables con ella”, la mente crea sólo la imagen de “hablar con
ella”) es lo mismo cuando le prohíbes a un niño hacer algo y más rápido lo
hace.
5. 5 Dicen
que a veces pelear fortalece la relación y por eso es necesaria. Hay quienes
aseguran que los conceptos universales pertenecen a su contrario; de lo frío a
lo caliente, del nada al algo, del odio al amor y viceversa. Siempre existirá
la posición contraria y aunque en ocasiones la reconciliación en una relación
la fortalece, en otras, la deteriora. Por eso, no vean el amor como un negocio;
“el dar para recibir”, amen sin medida pero sépanlo hacer y a pesar de que el
odio siempre está pegado al amor, déjenle el protagónico a éste; ¡total! Al
final siempre termina venciendo el corazón. Y más bien, cada vez que nazca esa
ira con su pareja mejor dígale: “no me hagas la guerra, hazme el amor”.
Qué lindos pensamientos. Felicidades. Sigue adelante. Espero algún día leer tus libros. Un abrazo. JULIETA GALLEGO MOLINA
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