martes, 2 de julio de 2013

"No me hagas la guerra, hazme el amor"

El odio le daba ira cuando se acercaba el amor, porque cada vez que lo veía le producía dolor, pero el amor no tiene odio ni tampoco dolor sólo miraba al odio, con dulzura y con amor. Así mismo; poético y absurdo es el conflicto entre estos dos sentimientos. Por ahí dicen que “del odio al amor no hay sino un paso”, tocaría creer que lo que nos están dando a entender es que si hay amor, también hay odio y si odias a alguien es porque tu corazón siente amor. Además de absurdo y poético; súmale enredado, pero ¿cuáles son las situaciones entre estos dos conceptos? Toma nota y comprende:

1.    1.  Ese “no sé qué” que sientes cuando aun sin conocerla ya te cae mal, por algún comportamiento que haya realizado. El problema es que incluso así, te interesa lo que haga o deje de hacer, sin embargo, si te preguntan acerca de él o ella, siempre vas a hablar mal. Esto se debe a investigaciones psicológicas que han hecho escritores basados en el lenguaje corporal y verbal del comportamiento de una persona. Según Óscar Garrido en su libro ‘La Ciencia de la Seducción’ una mujer puede desear a un hombre fuerte en su vida y, al mismo tiempo, puede querer preservar su independencia, por lo que resultan generar un drama que le concede atención y protagonismo y eso se vuelve un juego muy divertido, siendo indiferentes y al mismo tiempo deseadas.

2.      2.Todo iba bien hasta que tu pareja siente que tú no te preocupas por ella ya sea porque no la llamas, por no ir con ella algún sitio o simplemente por el tema del regalo; el ser detallista y todas esas “cursilerías”. Ahí, la cara del amor cambia y se voltea mostrando una ira incontrolable que termina por la indiferencia, el “no me hables” y si no te habla  “pero ¿por qué no me habla?” y así alimentan el odio por unas horas o en casos extremos, días.


3.     3. Tal vez en algún momento de la relación tu pareja te ha dicho “entonces pa’ qué estás conmigo”. Esto se debe a múltiples situaciones, una de ellas es cuando empiezan a hablar de sus  “ex” y por alguna palabra mal dicha o mal interpretaba el monstruo del odio aparece y todo termina en pelea. Pero ¡ojo! Tenga en cuenta este punto y háblelo con su pareja, observe sus respuestas porque ¡quién quita! Podrías estar siendo parte de una ‘distracción’.

4.     4. Los famosos ‘celos’. En este punto es muy fácil que el odio pelee con el amor. Tenga presente que muchas veces es una ilusión óptica de su pareja ya que los celos en algunas ocasiones, resultan ser muy ignorantes. Sin embargo, si hay motivo, haga lo que haga no cometa el error más grande que todos hacen: prohibirle que deje de hablar con esa tercera persona pues aquí el tema de la confianza es muy importante. Si usted es de los que hace esto, tarde que temprano le resultará siendo infiel; ya que se dice que el lenguaje de la mente se maneja por medio de imágines y ella no asimila la palabra “no”, sólo la acción (“no hables con ella”, la mente crea sólo la imagen de “hablar con ella”) es lo mismo cuando le prohíbes a un niño hacer algo y más rápido lo hace.



5.    5  Dicen que a veces pelear fortalece la relación y por eso es necesaria. Hay quienes aseguran que los conceptos universales pertenecen a su contrario; de lo frío a lo caliente, del nada al algo, del odio al amor y viceversa. Siempre existirá la posición contraria y aunque en ocasiones la reconciliación en una relación la fortalece, en otras, la deteriora. Por eso, no vean el amor como un negocio; “el dar para recibir”, amen sin medida pero sépanlo hacer y a pesar de que el odio siempre está pegado al amor, déjenle el protagónico a éste; ¡total! Al final siempre termina venciendo el corazón. Y más bien, cada vez que nazca esa ira con su pareja mejor dígale: “no me hagas la guerra, hazme el amor”.

1 comentario:

  1. Qué lindos pensamientos. Felicidades. Sigue adelante. Espero algún día leer tus libros. Un abrazo. JULIETA GALLEGO MOLINA

    ResponderEliminar