martes, 2 de julio de 2013

¿CUÁNDO DEJÉ DE SER NIÑO?


De repente me miro al espejo y veo a través de el,  un camino imaginario al que siempre le he llamado El Callejón del Olvido, que no es más que mis recuerdos de lo que algún día fui. Y observo al pequeño que poco a poco he ido abandonando en aquella estación del tren donde siempre permanece; jugando solitario y triste pero que se pone feliz siempre que lo voy a visitar.

 Si los adultos pensáramos como niños, los problemas de la vida y del mundo serían un juego; los más divertidos. La verdad es que me cansé de ver y oír lo mismo de siempre; todo mundo escribe en sus redes sociales de lo orgulloso que se sienten de ser colombianos por un partido que ganó la selección y nunca han hecho nada por el país; como cuidar el medio ambiente. Los que hablan de las políticas de este país y dicen estar a favor del pueblo cuando ellos son otro estilo de política, aquellas voces que critican y critican a sus gobernadores por una decisión mal tomada que perjudica al pueblo y ellos mismos tampoco hacen nada para cambiar su entorno y eso que dicen por ahí que “pueblo unido jamás será vencido”.

Estoy agotado de analizar lo que el mundo hace con la sociedad (sus clientes) y viceversa. Pareciera que desde pequeños nos enseñaron a juzgar, a criticar, a ser groseros y violentos, a preocuparnos por el “yo y sólo yo” y lo peor de todo: a madurar. Sin embargo, cada vez que voy a visitar al chiquillo, observo sus comportamientos y me lleno de nostalgia al saber que he perdido muchas cosas en el afán de madurar y de adaptarme a una realidad inadmisible. Mientras me preocupaba por trabajar, el pequeño se preocupaba por encontrar su carrito. Cuando le lloraba por un amor, él lo hacía porque no encontraba su juguete. Cuando pensaba en el miedo que me daría devolverme a mi casa porque llevaba cosas valiosas y me podrían robar o matar, él pensaba en qué historia crear para divertirse con sus carros en ese momento. 

Le comentaba mis problemas y mis miedos del futuro y él me cambiaba la conversación para pedirme que jugara con él.

En un momento le dije que todo mundo critica este país y me dijo que se fuera a vivir en su utopía (el lugar que nunca ha existido) y justo en ese momento me di cuenta que aquel pequeño es el dueño de ese mundo; un lugar donde nadie le interesa entrar porque tienen miedo de que la sociedad les diga “tan inmaduros”, es un espacio donde lo único importante es su presente, donde se llora por haber perdido el juego pero que a los minutos ya están jugando otra cosa, donde pelean por ‘bobadas’ pero al rato ya están contentos. 

El Callejón del Olvido me hace recordar al pequeño que siempre me espera en aquella estación para que de vez en cuando, le dé un viaje a mi realidad y me enseñe la importancia de no abandonarlo; porque siempre lo necesitaré para enfrentar el gran negocio de este mundo. Ése que cada rato pierdo por la culpa de unos clientes que lo único que quieren es poder, a como dé lugar. La respuesta a la pregunta de arriba, diré: cuando quise ser adulto.

¡NO QUIERO MÁS “CHITE’S”!

Las fiestas del pueblo continuaban y al parecer todos estaban felices. Sin embargo, algo estaba ocurriendo con la familia Terry; se veían desesperados buscando a la mascota de Sami. De la boca del pequeño sólo salían las mismas palabras con un tono nervioso y con mucha adrenalina:
-¿Ha visto a ‘Gugu’?-. Decía una y mil veces pero nadie le daba respuesta-.
Esa noche la familia y el chiquillo salieron a buscar a ‘Gugu’ (famoso porque siempre que ladraba decía “gugu” en vez de “wuauwuau”). Pasaban las horas y el viento soplaba más fuerte y las nubes tapaban una y otra vez la luna; sólo pensar que la mascota de Sami era víctima del espantoso frío que hacía, éste se resignaba a marcharse.
Por allá se escuchó un “wuau” y fueron rápidamente al lugar pero era un perro bien vestido y con su dueño. Más adelante sonó un “gu” y Sami pensó que era su perro y, al verlo, se veía desgastado y cojo. De inmediato recordó que su mascota siempre decía “gugu” y no “gu”.

Ni llamadas a la policía, ni carteles con avisos publicitarios; ni en las redes sociales; ¡nada! Daba alguna esperanza de aquellos días que cada vez se hacían más eternos y tristes.
-¿Para dónde vas?- dijo la madre de Sami-. ¡No lo sé! En este pueblo no hacen nada por nadie, ahora menos por un animal; me iré a buscarlo por mis propios medios- replicó Sami-.
Caminaba por el pueblo observando a los perritos de la calle que sólo buscaban quién les diera de comer. Era imposible que el chico no pensara que ‘Gugu’ podría estar en esas condiciones y ser uno de ellos. En una cuadra notó que los vecinos utilizaban una expresión para alejar a los perros que se acercaban a un restaurante popular del sector; “chite, chite”, una y otra vez, era el sonido que cada minuto escuchaba acompañado de un pisotón. Detrás del restaurante estaba un señor barriendo y con una escoba le iba a pegar a un cachorro porque no se iba…
-Señor, espere- dijo Sami- ¿por qué le va a pegar al perrito?
-Pues no ves que no se quiere ir- respondió el señor con un tono agresivo-.
Sami pensó que no era justa esas amenazas que les hacían a los animales con ese “chite” y un pisotón.
-Señor pero si el sólo está buscando comida, no ve que tiene hambre-.
-No me importa, que se vaya a buscar a otro lado-.
-¡chite, chite! Les decía a los otros animales que se acercaban-.
-¡oiga, señor! Ya no les diga más así, no ve que los asusta- Dijo Sami con furia.
-Te voy a asustar a vos si sigues molestándome- dijo el señor.

“no es justo, no es justo” decía en su mente el chiquillo con una lágrima que viajaba por su rostro. Y de nuevo, su búsqueda había fracasado.

Minutos antes de dormir mamá le lleva a Sami un té a su cama pues estaba un poco nervioso. Algo extraño sentía.
“gugu”, “gugu” se escuchaba el eco del sonido de un perro en una dimensión desconocida en la mente del pequeño…
-Gugu, ¿eres tú?-dijo Sami-.
-Hola amo; sí, sí, sí, soy yo- aseveró Gugu con un tono alegre-
-Gugu ¿dónde estás? Llevo mucho tiempo buscándote- llorando, decía Sami-.
-¡Ay! No llores, estoy bien; bueno no tanto. El señor que me tiene no es que me trate muy bien como lo hacías tú.
Sami no podía hablar del dolor que sentía reflejado en sus húmedos ojos.
-¡Discúlpame! Fue mi culpa al haberte descuidado en aquella fiesta, ¿por qué te trata mal? Te necesito Gugu.
-No te culpes, todos nos equivocamos, hasta yo me equivoqué; no ves que no lo mordí cuando me llevaba; tú entenderás que los perros de raza siberiana siempre estamos en peligro de que nos roben, no ves que somos muy lindos (risa penosa)
-Sí lo sé, pero él ¿por qué te maltrata?
-¡Ah! Es que casi no me da comida y cuando voy a buscarla siempre me hace el mismo sonido de todos; “chite” acompañado de un pisotón que me asusta mucho.
-Gugu y porqué no te escapas, dime… ¿dónde estás?
-La verdad no sé, con decirte que estoy muy débil; casi no puedo caminar del último golpe que el señor me dio, sólo por hacérmele popó en uno de sus zapatos (risa triste)
-Ya no sé qué hacer amigo mío, te he buscado por todas partes… ¡te necesito Gugu!
-¡awww! Qué bonito. Yo tengo la esperanza de volver a mi dulce hogar; contigo.
-Pero ¿cuándo? Yo no sé qué hacer- vuelve a llorar Sami-.
-Te prometo que me voy a escapar de este cruel hombre, así no sepa cómo (con voz de guerrero).
-Gugu, ¿dónde estás? ¿Qué te hiciste?- ¡Gugu! Grita el pequeño-.
-Meee tengo que ir (con un tono asustado) este señor ya me va a pegar otra vez… ¡te extrañoooo!- grita Gugu-.

De inmediato despierta Sami y sus gritos van acompañados de un llanto que seguía y seguía por horas. Aquel sueño lo alertaba de que su mascota, al parecer, estaba en peligro.

Al otro día, el chico empezó a hacer una campaña especial con la ayuda de sus compañeros del pueblo para que las personas no ‘chitaran’ más a los animales, ya que de ahí; es donde empieza el maltrato a ellos. Al mismo tiempo, Sami guardaba las esperanzas de encontrar a ‘Gugu’. A pesar del terrible sueño, fue una señal de que debía seguir con su búsqueda. Sin embargo, los días pasaban…
  

-Hijo, hijo- gritaba la mamá de Sami con un tono de felicidad-.
-¿Qué pasa? ¿Qué pasa mamá?- replicó el pequeño-.
-En las noticias capturaron a un hombre que robaba perros para venderlos, dejaron un teléfono para que las personas que han perdido sus mascotas vayan a ver si están allá.
-Tienes que llamar ¡ya! Vamos para allá-. Exclamó el amo de ‘Gugu’ con un grito alegre-.

Y así fue, al parecer la esperanza se hizo presente y al llegar al lugar, había dos perros de raza siberiano que físicamente estaban iguales. El veterinario junto a la policía no les podía entregar la mascota hasta que no constara que el perro era de ellos. De repente le aplicaron una inyección a ambos animales y uno en medio de su dolor dijo: “wuau”; el otro dijo: “gugu”, “gugu”…
Mientras Sami llevaba a ‘Gugu’ al hospital, él le contaba todo lo que había hecho para encontrarlo; le decía todo lo que pudo observar de la relación tan escasa y triste que había entre el hombre y los animales. Y al llegar al hospital, el pequeño seguía contándole y contándole todo lo que había observado.
Antes de entrar a la operación que necesitaba ‘Gugu’; Sami le gritó a su mascota:
-Gugu, hasta hice una campaña que tú y yo vamos a liderar; se llama…
Las puertas de la habitación donde iban a realizar la cirugía se cerraron y la mente del chico Sami dijo:

-¡No quiero más “chite’s”-.     

"Esas calles están muy peligrosas"

Pareciera que nuestros padres y abuelos vivieran siempre en peligro cuando nos repiten una y otra vez “esas calles están muy peligrosas”. Y no precisamente lo dicen porque mantengan en peligro sino porque los medios de comunicación nos acostumbraron a mostrar atracos, accidentes de tránsito, asesinatos y todo eso que llama la atención, ¡claro! Como “el morbo” nos atrapa, hay que decir que la calle es dulce ante este tipo de hechos.

Sin embargo, no por eso deja de ser para mí como un paraíso del olvido, un espacio donde encuentras los más bellos recuerdos adornados por paisajes que despejan nuestra mente de las dificultades del momento. Es un mundo mágico e imaginario y, como imaginario, quiero que pienses en ‘La Cuadra de mi Barrio’ así le he llamado al sitio donde se juega un partido de fútbol, donde las piedras con el andén forman la cancha; donde se toma cítrica con pan y se le compra al señor de los helados. Aquí es donde escuchas cosas como: “hablame parce”, “que hubo vecino”, “dígale que me fíe”, “no dejan dormir con esa bulla”, “juguemos a la lleva, tin tin corre corre, al escondite, a la galleta pata y al ponchado”.

Ve a las autopistas y carreteras y te encontrarás con ‘El Trabajo de Colores’. Es el sitio donde aprendes a querer lo que tienes y dejar de sufrir por bobadas. Hay niños, adultos y ancianos que te sonreirán pese a sus condiciones. El rojo, amarillo y verde lo conocen a la perfección y saben que los carros son sus clientes. Se escucha cosas como: “la vida es dura”, “hay que estar en la juega”, “no pasa nada”, “una monedita”.

 Donde veas abundancia de gente, allí escucharás cosas como: “a mil, a mil, a mil”, “llévelo baratico”, “mami, cuál quiere”, “cuántos lleva”. Sitio donde te entiendes con todos porque comen de lo que venden, te tratan bien, disfrutas de sus comidas que son hechas con amor, pues de eso viven.

Por último, conoce ‘El Paraíso del Olvido’. Lo conforma árboles, un cielo azul con nubes blancas, edificios, carros, personas, grafitis, monumentos, puentes y cuanta maravilla usted quiera ver. Un espacio donde los problemas se quedan en casa, vives el momento y te olvidas de lo demás. Los que dicen “esas calles están muy peligrosas” tal vez tengan razón, pero hasta para aprender se requiere de riesgos. Y como dice la canción ‘La Calle’ de la agrupación Compañía Ilimitada, de los años 80’s “ponte en camino déjate llevar, la calle será tu amigo, el sedante de tu soledad; ven sale a la calle, sale a caminar”. Por eso, es un sitio que te hará mejor persona o peor, un lugar donde aprendes o ignoras, todo depende de lo que usted quiera ver. Lo que yo veo le llamo ‘paraíso del olvido’; eso que todos gritan: “La Calle”.

LA NUEVA LEY


 “A partir de hoy todos los lunes serán festivos” afirma el presidente de Colombia Juan Manuel Santos.
 “hijo, hijo despierta es hora de ir a estudiar”  dice mamá interrumpiendo mi majestuoso sueño. Desde entonces cada noche creo un mundo en donde escucho voces con la misma entonación de felicidad, titulares en periódicos con la misma frase, todos escribiendo en las redes sociales de esta noticia y viendo las sonrisas en los rostros de personas hablando de la nueva ley del gobierno: “a partir de hoy todos los lunes serán festivos”. ¿Nunca se han preguntado qué pasaría si esto ocurriera en el mundo real? Tal vez las empresas crecerían notablemente, teniendo empleados más animados y dispuestos a “darla toda” en sus trabajos al saber que la semana pasará rápidamente, no estarían pensando cada momento “cuándo llegará la quincena”, hasta le cogerían cariño a sus trabajos. Los estudiantes  cambiarían su famosa frase “que pereza ir a estudiar mañana” por “¡qué bien!, mañana clases de matemáticas”. No viéramos tantos rostros cansados y aburridos en los transportes masivos y hasta los conflictos en las universidades  y colegios disminuirían. Ya no habría tantos “quejándose” de la vida y hasta me atrevería a decir que las relaciones con los demás mejorarían; ya que tendrían un día más para divertirse pensando sólo en pasarla bien.

No  nos digamos mentiras, el día lunes es como el veneno de las alegrías y la diversión. La pereza llega desde el domingo después de las seis de la tarde y la semana se hace pesada. Pareciera que las personas caminaran en cámara lenta, que los problemas cotidianos los hicieran cada vez más grandes y complicados. Cuando vemos que ese día se acerca nuestros labios dicen “qué hartera”.

 Y como la mente no distingue entre la realidad y la ficción, yo seguiré teniendo esperanzas de que algún día al gobierno Colombiano le dé por crear una ley como ésta; absurda y Maquiavélica. Y si piensan que este sueño es imposible de cumplir, vean noticias y analicen lo que la “justicia” está haciendo con los hombres que maltratan a las mujeres; o vean que es posible que la policía prefiera dinero a cambio de detener a un infractor; o que es posible subir al palo más alto de los árboles, una cantidad específica de micos, como pasó con la ‘reforma a la justicia’.


Así que mis Deuterofóbicos (fobia a los Lunes) sigamos soñando que pueda que no esté tan difícil de volverlo realidad.  Y  recordemos que siempre estará la imaginación para motivarnos a hacer las cosas o para enfrentar este tipo de miedos.

Se nos ha perdido...


El negocio y el desastre lo trajo el director de la FMO (Fuerza Multinacional de Observación) designado por la secretaría general de la ONU, el señor Lemon R. Hunt en Septiembre de 1981; cuando envió una carta al entonces presidente de Colombia Julio César Turbay Ayala donde le pedía que estudiara la posibilidad de crear un batallón de Infantería de 500 hombres al organismo militar. Para ese tiempo Colombia tenía conflictos con Corea por lo que la idea resultó ser agradable para contribuir a 'Las Fuerzas de Paz'.
La guerra ha existido desde siempre, yo diría que desde que nació el ser y para combatirla debían capacitar a hombres capaces de enfrentar a los violentos, el problema es que éste siempre ha sido tentado por la ignorancia. Por ahí va saliendo el motivo del por qué esta sociedad es obligada a prestar un servicio a la patria, dizque para aprender a 'valorar' más la vida; cuando lo que están haciendo es defender a un gobierno corrupto, a esos soberanos que tienen miedo a una guerra y utilizan al pueblo para que los defiendan. Han escuchado esa frase del Ejército que dice:"¿aprender a ser un héroe podría tomarte toda la vida... O muy poco cuando prestas tu servicio militar?" ¿Héroe de qué? ¿De la patria? La patria, un grupo de personas asociadas entre sí de corazón y voluntad en una nación, ésa que 'lucha' por la famosa 'paz'.
La ley 48 de 1993 establece que todos los varones colombianos están OBLIGADOS a definir su situación militar a partir de los 18 años. Y ¿dónde queda esa libertad de la que tanto nos habla la religión, las mismas leyes? Si nuestra opinión no cuenta al momento de enfrentar a esa masa verdosa que son llamados 'héroes'. ¿Dónde está la paz?
En ese grupo de hombres que te gritan, que nunca dan explicación y si lo hacen; o es errada o con escasez de educación. Los que te dicen “tráigame dos millones mañana y le quito lo 'remiso'", esa gente que tiene un léxico igual o peor que un delincuente, que se aprovechan de la vulnerabilidad y desesperación de los jóvenes para tratarlos como un 'Don nadie', que te sacan dinero con convocatorias 'especiales' para definir la situación militar pero no les importa si tienes los recursos suficientes a tan altas cifras que piden. ¿Seguro que en ellos está la paz? La verdad, es que se nos ha perdido.

No estoy en contra del Ejército, porque sé que aún quedan algunos respetuosos y héroes de verdad, sólo me acongoja saber que además de ser un proceso complicado adquirir la libreta, también los llaman 'luchadores de la paz', cuando ella se lucha y se construye desde el interior. Sólo con el respeto, la educación, escuchar y ayudar al otro, no juzgar y ser justo; podremos llegar en realidad a ser héroes, porque la verdadera paz empieza con el buen trato al otro; la igualdad. Y aunque el mundo cambia con tu ejemplo y no con tu opinión como muchos dicen, sé que al menos un grupo de 'pelados' hoy comparten la alegría de no volver a saber nada de frases y palabras como: Batallón, Ejército, Libreta Militar, Catastro, Agustín Codazzi," se lo llevan", "hay que esperar", "hagan una fila", y al menos eso me hace feliz.

"No me hagas la guerra, hazme el amor"

El odio le daba ira cuando se acercaba el amor, porque cada vez que lo veía le producía dolor, pero el amor no tiene odio ni tampoco dolor sólo miraba al odio, con dulzura y con amor. Así mismo; poético y absurdo es el conflicto entre estos dos sentimientos. Por ahí dicen que “del odio al amor no hay sino un paso”, tocaría creer que lo que nos están dando a entender es que si hay amor, también hay odio y si odias a alguien es porque tu corazón siente amor. Además de absurdo y poético; súmale enredado, pero ¿cuáles son las situaciones entre estos dos conceptos? Toma nota y comprende:

1.    1.  Ese “no sé qué” que sientes cuando aun sin conocerla ya te cae mal, por algún comportamiento que haya realizado. El problema es que incluso así, te interesa lo que haga o deje de hacer, sin embargo, si te preguntan acerca de él o ella, siempre vas a hablar mal. Esto se debe a investigaciones psicológicas que han hecho escritores basados en el lenguaje corporal y verbal del comportamiento de una persona. Según Óscar Garrido en su libro ‘La Ciencia de la Seducción’ una mujer puede desear a un hombre fuerte en su vida y, al mismo tiempo, puede querer preservar su independencia, por lo que resultan generar un drama que le concede atención y protagonismo y eso se vuelve un juego muy divertido, siendo indiferentes y al mismo tiempo deseadas.

2.      2.Todo iba bien hasta que tu pareja siente que tú no te preocupas por ella ya sea porque no la llamas, por no ir con ella algún sitio o simplemente por el tema del regalo; el ser detallista y todas esas “cursilerías”. Ahí, la cara del amor cambia y se voltea mostrando una ira incontrolable que termina por la indiferencia, el “no me hables” y si no te habla  “pero ¿por qué no me habla?” y así alimentan el odio por unas horas o en casos extremos, días.


3.     3. Tal vez en algún momento de la relación tu pareja te ha dicho “entonces pa’ qué estás conmigo”. Esto se debe a múltiples situaciones, una de ellas es cuando empiezan a hablar de sus  “ex” y por alguna palabra mal dicha o mal interpretaba el monstruo del odio aparece y todo termina en pelea. Pero ¡ojo! Tenga en cuenta este punto y háblelo con su pareja, observe sus respuestas porque ¡quién quita! Podrías estar siendo parte de una ‘distracción’.

4.     4. Los famosos ‘celos’. En este punto es muy fácil que el odio pelee con el amor. Tenga presente que muchas veces es una ilusión óptica de su pareja ya que los celos en algunas ocasiones, resultan ser muy ignorantes. Sin embargo, si hay motivo, haga lo que haga no cometa el error más grande que todos hacen: prohibirle que deje de hablar con esa tercera persona pues aquí el tema de la confianza es muy importante. Si usted es de los que hace esto, tarde que temprano le resultará siendo infiel; ya que se dice que el lenguaje de la mente se maneja por medio de imágines y ella no asimila la palabra “no”, sólo la acción (“no hables con ella”, la mente crea sólo la imagen de “hablar con ella”) es lo mismo cuando le prohíbes a un niño hacer algo y más rápido lo hace.



5.    5  Dicen que a veces pelear fortalece la relación y por eso es necesaria. Hay quienes aseguran que los conceptos universales pertenecen a su contrario; de lo frío a lo caliente, del nada al algo, del odio al amor y viceversa. Siempre existirá la posición contraria y aunque en ocasiones la reconciliación en una relación la fortalece, en otras, la deteriora. Por eso, no vean el amor como un negocio; “el dar para recibir”, amen sin medida pero sépanlo hacer y a pesar de que el odio siempre está pegado al amor, déjenle el protagónico a éste; ¡total! Al final siempre termina venciendo el corazón. Y más bien, cada vez que nazca esa ira con su pareja mejor dígale: “no me hagas la guerra, hazme el amor”.

La película

Parece que la ficción no sólo vence a la realidad a través de un largometraje, ahora el mundo real viaja en el ciberespacio. Los grandes genios de la tecnología han hecho que la realidad interactúe con ésta, convirtiéndola en una ficción; logrando así una sociedad quimérica.

 ¿Y si el mundo de hoy fuese una red social? Quizás nadie hablaría con nadie ‘facetoface’, los accidentes de tránsito serían fotografiados para ver quién recibe más 'Me Gusta'. Permaneceríamos pendiente con quién nos encontramos en la calle; para ver qué ropa tiene, dónde está o qué está haciendo. Recibiríamos 'toques' de balas constantemente por esas indirectas y opiniones vacías que decimos. Las grandes noticias mundiales serían el diálogo diario entre la gente; haciendo críticas carentes de investigación y maltratos al idioma por no saber expresarse. Nuestras caras mostrarían el estado de ánimo y el lenguaje corporal hablaría por nosotros. Copiaríamos las ideas de los demás, mantendríamos pendiente de quiénes nos siguen y haríamos actos para llamar la atención de los demás. Y acaso ¿no es ese, el mundo real; una red social? Son unos 'monstruos' llamados "zombies" adictos a aparatos tecnológicos.

Mientras Mark Zuckerberg recibe más de 9.400 millones de dólares por ser el creador de la red social Facebook, la humanidad sigue siendo 'clientes ignorantes' de este mundo negociante, con genios como Jack Dorsey; un empresario estadounidense, creador de Twitter, que se cree que ha logrado más de 200 millones de usuarios generando 65 millones de tuits al día y se dice que maneja más de 800.000 peticiones de búsqueda diarias.


El mismo hombre se está encargando de convertir a un mundo real, en un lugar de adicciones, materialismo, pensamientos ambiciosos; creando una utopía realista donde el espacio virtual se convierte en una esponja absorbente de acciones, pensamientos e ideologías de una sociedad; reduciéndola a escrituras inverosímiles y con graves problemas ortográficos. Crear una película donde muestre el daño que las tecnologías hacen al hombre no sería una buena historia, pues ya estamos en rodaje. Más vale un cuento que se titule 'La Tecnología no facilita la vida' a ver si de pronto nos devolvemos a tiempos atrás donde la creatividad era también inteligente.

"MUCHA PELOTA"

Si algo he podido notar es que los colombianos son muy apasionados por el deporte, bueno, no todos. Me refiero más a verlo que a practicarlo; el fútbol, por ejemplo. La verdad no me interesa saber cuándo nació este deporte ni quién inventó la pelota, lo que he podido escuchar es que al principio jugaban con trapos amarrados dándole una forma redondeada, pero eso no es importante. Soy de los que me gusta ver fútbol ¡eso sí! con el respeto de los jugadores colombianos confieso que no me agrada ver el fútbol de Colombia, soy más fanático a ver partidos como Barcelona Vs Real Madrid, Milán Vs Manchester United y equipos así. 

Sin embargo, soy de ese grupo de ‘pelaos’ que siempre han jugado fútbol en el club ‘La Calle’ y conozco perfectamente su lenguaje. Este club lo forma aquellos jóvenes de barrios populares de Cali; estrato 1 a 3,  de 14 a 22 años que empezaron a conocer del fútbol en las calles. Comenzando porque las canchas son la unión entre una roca con el andén, a una distancia de 4 o 5 pasos pegado un pie del otro. Una pantaloneta y una camiseta es suficiente; no importa si la camiseta está rota ¡Sirve! el detalle está en los tenis. Usted se da cuenta si pertenece a ese club, si están rotos, se les sale la suela o la media, o, si al roto lo acompaña el barro y la suciedad. Al final es muy normal que en sus pies se forme algo que nosotros llamamos ‘ampollas’, es el resultado de usar este tipo de tenis  con o sin medias.


“¿Hay chico?”, “¡ey! el de negro, el de blanco (depende del color de su camiseta)”, “calma’o”, “seguilo”, “¿estás caga’o?”, “mucho cebo”, “se lo comió”, “ay… qué galleta”. Es lo que frecuentemente se escucha en este tipo de partidos. Nunca he podido entender por qué ‘mentan la madre’ cuando “se comen” un gol; me imagino que es la emoción. El fútbol es un sentimiento majestuoso que experimenta la mayoría de los hombres, como dice un amigo “es como una religión”. Y si vas a jugar en el club ‘La Calle’, puedes ir al parque cerca de tu barrio en caso de que no tengas ‘el combo’ de jugadores en tu cuadra. Que los parques no sólo se conviertan es un espacio para el vicio y la droga en los jóvenes, sino también para la formación de las grandes promesas del fútbol nacional e internacional.

 Así que ¡alístate! porque es probable que ya estén entrenando antes del partido; jugando ‘galleta pata’ o ‘al bobito’; o también llamado ‘el que la toque dos veces’. A la final no importa quiénes, dónde o con qué pelota se juegue; de todos los balones que existen como deporte, el fútbol tiene mucha fama y siempre será… “mucha pelota”.

lunes, 1 de julio de 2013

¡Él, la fuerza de mi corazón!

Nunca lo tuve pero lo veo, nunca fue pero lo es
nunca lo busco porque no lo encuentro, no lo encuentro porque es absurdo
es absurdo porque no lo siento.


Él está tan cerca pero muy lejos de mí, es el más grande guerrero del odio y del amor
no hay en su corazón ni el eco del amor, él no siente deseo de vivir ni tampoco de morir
no tiene ilusiones he impide quién las tenga, la ignorancia es el patrón de su razón
y el padre de su corazón.


No tiene la visión de la bella vida que está guardada en él, no la oye ni la siente
no la huele ni la mantiene, no tiene un mundo de luz ni belleza, sólo de oscuridad y tristeza
tristeza que se convierte en soledad y termina en la maldad
tristeza que se apodera de su mente y apaga esa llama ardiente, que al nacer le llaman luz.


Él no existe aunque quisiera, él no muere porque ya está afuera...
No es problema porque es algo normal
no es lo de la ignorancia porque aprendo de él
no es el rencor porque no existe el perdón
no es la envidia porque es común en la vida
no es el odio porque no enseñó a amar
no es amor porque es escaso en su corazón
son los problemas, es la ignorancia, es el rencor, es la envidia, es el odio y es el amor...
la fuerza de mi corazón.







(porque el sexo hace hijos pero jamás los cría)

Ya ayudé y morí

Ya no siento ni sé cómo me siento, ya no amo ni sé quién me ama
ya no juego ni sé si fui niño, ya no pienso ni nunca supe quién me piensa
ya no lloro ni sé si existe el llanto, ya no veo porque no hay quién me vea.


Ya todo terminó y no sé cuándo empezó, ya no hay oscuridad sólo soledad
ya no tengo a nadie ni hay quién me regañe, ya no sé qué hacer porque no hay amanecer
ya no sé qué es vivir porque sólo quiero huir, ya no sé qué es el perdón ni sé qué es el rencor
ya no siento más dolor ni tampoco tengo la razón.


Ya no existo más ya todo se ha acabado, ya todo ha terminado porque el mundo me ha enterrado
ya no tengo sueños ni sé si tuve alguno, ya casi mi cuerpo no siente, sólo oye el eco de la muerte
ya no sé por qué lo hicieron ni sé si lo admitieron, ya no sé si esto es crueldad ni sé si es maldad.


Ya todo se acabó porque otra vida me mató, ya no sé si hay calma en mi ni sé dónde está mi alma
que anda por el mundo preguntándose ¿por qué? Ya no sé por qué, ni sé por qué ayudé...







(Ese pequeño momento de la vida, ése, que el mundo todavía no entiende.-Sentimientos encontrados-.)