jueves, 6 de febrero de 2014

Complejo de Querofobia

¿Para qué trabajar? A esta pregunta usted respondería lo que cualquiera diría; “pues para ganar dinero” y sí, eso suena lógico. Pero esa pregunta tiene mucho significado que pocos comprenden.

La costumbre de nuestros padres y abuelos fue siempre la misma; “usted ya es mayor de edad, es hora de que empiece a trabajar”. Pero nunca se fijaron en la perturbación mental y emocional que podría producir esa frase.  Pareciera que la palabra trabajo fuese un sinónimo de dinero; pues nadie trabaja gratis y sin dinero no podríamos comer, vestirnos y todo eso que necesitamos para vivir. Sin embargo algunas personas sacrifican su felicidad solo por complacer a la necesidad y a quienes nos dicen la frase mencionada anteriormente. Y ahí están, camellando en un trabajo que no les gusta. Si usted siente que no se halla en su trabajo, que las horas se le pasa lento, que quisiera que la quincena le llegara ya, que se levanta sin ganas de ir a laborar. Si ha sentido que odia su vida y lo que hace con ella; es porque usted está en el trabajo equivocado.

Cuando nos hablan de felicidad terminamos ignorantes frente a lo que podamos decir, y preferimos borrar esa palabra de nuestra mente. En ese proceso de mi infelicidad cuando he trabajado en algo que apesta, tuve la oportunidad de conocer a personas con plata, pobres y otras con el mismo estado en el que yo me encontraba,-consiguiendo dinero-. Algunos me decían que sus ganancias eran para viajes, comprar casa, casarse y tener hijos, otros por necesidades familiares y otros, porque no estaban haciendo nada en la casa. El problema de las personas que trabajan en algo que no les gusta es que creen que en eso consiste el sentido de la vida; en lo material, en lo que harán al día siguiente o en unos años, o en lo que hay que comprar, o lo que hay que tener para no sentirse inferior. Esas personas parecen que se sienten bien pues consiguen lo que quieren; casa, trabajo, familia (…) A la final nadie me dijo algo distinto ni interesante.

Y llegué a la conclusión de que la gran mayoría de gente vive queriendo ser algo diferente a lo que es; ya saben por sus caras aburridas y preocupadas, porque siempre están de mal genio, porque sencillamente no saben en qué consiste la felicidad. El médico que quiso ser cantante, el cantante hubiera querido ser actor, el actor que pudo ser político y el político que es un maestro frustrado, ese es el mundo que nos rodea. 


Trabajar no es solo para conseguir dinero, es para esforzarse por un sueño, por una meta. Para que podamos disfrutar  de lo que la vida nos ofrece, pero ante todo, para seguir trabajando en la felicidad, porque créanme, es más fácil trabajar para conseguir dinero que para conseguir felicidad; por eso “haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será y llegará naturalmente”, (Facundo Cabral) o a menos de que usted quiera seguir los versos de Jorge Luis Borges: “ya no seré feliz, tal vez no importa. Hay tantas otras cosas en el mundo”, y decida irse con el pueblo.